Pete Meaden, que estás en los cielos



Acabo de terminar «Sharper Word: A Mod Anthology» de Paolo Hewitt, una lectura imprescindible para aquellos que persiguen «La vida total». Aunque no tan indispensable como «Mods!» de Richard Barnes.

La reedición española está prologada por la Flechazos Elena Iglesias, quien deja claro que lo que empezaran los ingleses en la primera mitad de los 60, todavía sigue vivo (sobre todo) gracias los mods españoles.

«Sharper Word» es una recopilación de textos a modo de decálogo sobre la ropa, la música, los clubs, los faces… Y todo el estricto mundo de normas que hay que cumplir para ser -nada más y nada menos- Mod.

Pero, lo más interesante para mí, llega justo al final del libro: la entrevista que Pete Meaden concedió al NME tres años antes de su fallecimiento en la casa paterna por sobredosis. En ella, Meaden encarna el arquetipo del perdedor rozando patéticamente el melodrama.

El que fuera el face más face de todos, el rey del Topping Up, el publicista que vio la oportunidad estética que representaba la década que le tocó vivir… 10 años después, seguía lamiéndose las heridas de la patada que le dieron los Who. Porque fue él quien a regañadientes los subió al carro de lo mod cuando todavía era una subcultura, logrando con ello que no acabasen siendo solamente un grupo más de los 60.

Resulta estremecedor ver a un Meaden completamente pasado, todavía preguntándose qué fue de los good old mods en plena mitad de los 70, cuando hasta el face Mark Feld había traicionado al modernismo apuntándose al glam encarnado en Marc Bolan.

Y, si al altar de mitos del rock sólo llegan los suicidas torturados, los malditos por sobredosis y visionarios incomprendidos, por todo esto y mucho más, Pete Meaden debería estar en los cielos.

Los Who cuando eran «High Numbers», versionando «Ooh Poo Pah Doo»

Esta entrada fue publicada en Tengo un Pollo en el Horno y etiquetada , , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario