Reikiavik, Britpop made in Madrid

Recuerdo la polvareda que montó Alaska cuando definió (con lucidez) la situación actual de la música pop como: “Un universo perdido, que ha cambiado de dimensión”. Y, sí, ya deberíamos saber todos que al negocio de la música no lo reconoce ni la madre que lo parió, que por cierto debió ser la propia Olvido.

Pero todavía quedan los que siguen “erre-que-erre” dando bola a la forma tradicional de triunfar: búsqueda de disquera que te grabe un debut teledirigido por los gustos comerciales y posterior promoción en la prensa establecida… That It’s… Sooo Nineties!

Por eso, resulta refrescante que haya bandas nouvelles como Reikiavik, con sonido “noventero” que, sin embargo, sean tan conscientes de que eso ya no funciona con los de su generación. Y es que del pasado solo hay que quedarse con las influencias que, según ellos mismos, han tomado prestadas al Britpop de Oasis, Stone Roses, The Charlatans y, fuera de esa etiqueta, a Radiohead. Aunque yo no me iría hasta la Pérfida Albión (tan aislada para lo suyo, como buena isla que es) y, con el permiso los cinco componentes, añadiría al mítico Deluxe de Xoel López. Aunque donde mejor se define el sonido de Reikiavik es en PopLebon.

Así que, siguiendo el signo de los tiempos, los madrileños no se han quedado en casa haciendo crochet hasta dar con el “productor de su vida” -que cantaba irónicamente Martirio– sino que se han lanzado a un más que decente “do-it-your-self” y a la auto-promo en Redes Sociales, que yo, gustosamente paso a publicitar… ¡Sin el menor de los complejos! A saber: tienen su poquito de Facebook, su otro poquito de Twitter, su limpia y aseada página web y; para los que se dediquen a fichar talento, diríjanse a info@somosreikiavik.com

La demo de Reikiavik tiene cinco temazos: “Cristal”, “Partículas de mí”, “Satélites”, “Luna” y “Primavera del 90”. Los dos últimos son mis favoritos, pero mejor te los descargas «por la patilla» y tú decides. En cualquier caso, merece la pena apostar por ellos, aunque solo sea por el preciosismo popero de sus guitarras y la desganada forma de cantar a lo Gallagher… Liam, ¡claro! El otro no tenía tanta gracia…